Peliculas

La gran juerga

Lugar

Venezuela

Duración

Del 19 de septiembre al 9 de octubre

Introducción

Increíble ver cómo esta película sobrevive a través de los años, hasta qué punto las situaciones y los elementos cómicos siguen funcionando. El inolvidable dúo De Funès-Bourvil, que interpretan personajes opuestos, pero totalmente inseparables porque son complementarios. El escenario, la dirección, la acción sin pausas, todo confiere a esta obra un rango excepcional en la historia del cine.

Ficha técnica

La gran juerga / La grande vadrouille / The great stroll

Gérard Oury / 1966 / 2h02 / Francia, Gran Bretaña
Guion: Gérard Oury, Danièle Thompson, Marcel Jullian, Georges Tabet, André Tabet
Género: Comedia, Bélico, Parodia. II Guerra Mundial
Música: Georges Auric
Fotografía: André Domage, Claude Renoir
Montaje:
Albert Jurgenson
Intérpretes: Bourvil, Louis de Funès, Claudio Brook…
Producción: Les Films Corona. Producción extranjera: Lowndes Production
Distribución: Institut Français / Embajada de Francia
https://www.imdb.com/title/tt0060474/?ref_=nv_sr_srsg_0_tt_4_nm_0_q_la%2520grande%2520vadrouille

Sinopsis

Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Parodia de la ocupación de Francia por los alemanes. Terry-Thomas es un piloto inglés que se encuentra perdido en la Francia ocupada, mientras que Bourvil y Louis de Funès son dos parisinos que, casi involuntariamente, ayudan a la resistencia contra los nazis. Un film que en Francia obtuvo un enorme éxito de taquilla.

Selección en Festivales

  • Hong Kong French Film Festival, 2023
  • Shanghai – Festival Internacional de Cine, China, 2019 / SIFF Classics
  • Festival de Cine Black Nights de Tallin, Estonia, 2016
  • Festival de Cine Francés del Reino Unido, Gran Bretaña, 2016

Apreciación

Por qué “La Grande Vadrouille” sigue siendo un monumento del cine francés: La Grande Vadrouille es un monumento nacional, una gran comedia hilarante lanzada al mundo en 1966. El público francés quedó más emocionado que nunca (récord absoluto de entradas cinematográficas durante treinta años) ante el espejo tranquilizador y bonachón que le tendió Gérard Oury.
Gracias al talento de Bourvil y de Funès, al genio cómico del director, la historia de la Ocupación fue reescrita como una broma, pero no sólo eso: no hay ningún colaborador en el horizonte, sólo estos grandes grupos de crédulos soldados alemanes y propenso a errores garrafales, infinitamente más cercano a los legionarios romanos de Astérix que al horror nazi. Así “desactivado”, el enemigo podía ser derrotado, al menos en la imaginación colectiva, por un dúo de tontos partidistas reacios, armados sólo con su ingenio.
Hablemos de Bourvil, el amable titiritero que se involucra en la lucha clandestina porque está enamorado de la rubia Marie Dubois y porque lleva el corazón en la mano. Mucho más divertido, es el clásico héroe discreto cantado por el cine desde la posguerra, la fantasía de una mayoría silenciosa secretamente rebelde, como la que René Clément elogió en 1946 en El padre tranquilo.
El caso de Louis de Funès es más ambiguo y, por tanto, más interesante: como en casi todas sus comedias, interpreta a un gran burgués, a un notable deliciosamente egoísta y mezquino. Maestro de la Ópera de París (motivo de algunas secuencias memorables bajo una magnífica peluca ondulada), desempeñando su papel de adulación sin escrúpulos ante todo el Kommandantur, lo tenía todo para ser un perfecto colaborador. Sólo las circunstancias le salvan de este destino infame –aunque más realista–. Se convierte en el enemigo número uno del ocupante, arrojado contra su voluntad a las carreteras, desde posadas llenas de desagradables Oberstumpf hasta conventos llenos de buenas hermanas con sombreros enormes. Y eso le molesta mucho. Tortura a Bourvil, murmura excusas en falso alemán, tiembla bajo su disfraz verde-gris.
Para digerir a Vichy en la Francia de los años 60, Oury añade deliberadamente unas gotas de sirope de fresa: este personaje, conquistado por casualidad para una buena causa (el encuentro con un oficial inglés perdido), es un auténtico caballo de Troya. Introducidos en esta comedia cobarde gracias a un guion inteligente, el trío Gérard Oury, Danièle Thompson y Marcel Jullian no le hacen ningún favor. Dispuesto a dominar a los demás lo antes posible (en uno de los mejores gags de la película, le roba los zapatos a Bourvil), pero también a aplastarse ante la autoridad a la menor oportunidad, el actor encarna, casi clandestinamente, una persona muy pesimista de nuestra idiosincrasia. El compromiso, el mercado negro o las denuncias no están muy lejos…
La Grande Vadrouille se estrenó cuatro años antes que Le Chagrin et la Pitié, el documental de Marcel Ophuls que sacudió por primera vez la amnesia de nuestro país sobre sus responsabilidades. ¿Y si el más divertido de nuestros comediantes populares finalmente hubiese sido el precursor?

Por Cécile Mury

Galería

Trailer

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