Introducción
La película explora las consecuencias (a menudo brutales) de la lucha entre el gobierno de Uruguay, apoyado por el gobierno de Estados Unidos, y la guerrilla izquierdista Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, y expone las acciones de la intervención política estadounidense en América Latina, apoyando los golpes de Estado y las dictaduras militares, y su papel central en la violación de los derechos humanos.
Ficha técnica
Estado de sitio / Etat de siège / State of siege
Costa-Gavras / 1973 / 2h10m / Francia, Italia, Alemania
Guión: Franco Solinas, Jean-Pierre Dutilleux
Género: Thriller político
Fotografía: Pierre-William Glenn
Montaje: Françoise Bonnot
Música: Mikis Theodorakis
Intérpretes: Yves Montand, Renato Salvatori, Jacques Weber, O.E. Hasse, Jean-Luc Bideau, Maurice Teynac, Evangeline Peterson, Jacques Perrin, Rafael Benavente
Producción: Galatée Films, KG Productions, Dieter Geissler Filmproduktion, Euro International Film (EIA), Unidis
Distribución: Gran Cine
Sinopsis
En Uruguay, en el año 1970, un funcionario ligado a la CIA perteneciente a una agencia gubernamental estadounidense orientada al entrenamiento de fuerzas policiales extranjeras, Daniel Anthony Mitrione (Yves Montand), es secuestrado por la guerrilla urbana uruguaya. Luego de interrogarlo, se condiciona su libertad ante el gobierno, a cambio de la liberación de 150 guerrilleros encarcelados. Esta situación desencadena una crisis política de trágicas consecuencias.
Selección en Festivales
- 1973: Globos de oro: Nominada Mejor película extranjera
- 1973: Círculo de Críticos de Nueva York: 3 nominaciones, incluyendo mejor película
- 1974: Premios BAFTA: Nominada a Mejor música
- Festival de Cine de Mumbai (India, 2013)
Apreciación
“Costa-Gavras fue, junto con Pontecorvo, uno de los cineastas de la Europa Occidental empeñados en recordarle al mundo durante los años sesenta y setenta que el cine tenía no ya conciencia social, sino –lo que es mucho más comprometido, en todos los sentidos- también política. “Estado de sitio”, en torno a las acciones del movimiento Tupamaro en Uruguay, es un buen ejemplo de este “cine de denuncia”, en las antípodas del efectismo y la sensiblería tan habituales hoy en obras que se arrogan ese título: narración ágil con ribetes de película de suspense, desdramatización de la acción por medio de abruptas elipsis y un tono cercano al documental, y estilo seco pero contundente. Montand está tan creíble que acabamos perdonándole al director que todos en la película, uruguayos y estadounidenses, hablen sólo en francés. Impecable, eso sí.”
Por Daniel Andreas