La bestia

Apreciación

El alma, el conocimiento, la psique, los violentos contrastes entre la oscuridad y la luz, las premoniciones, el miedo, el dolor, las elecciones y las no elecciones, pero también la belleza, la búsqueda de una especie de perfección y conocimiento profundo de uno mismo y del mundo. Bertrand Bonello ya había explorado todos estos temas, y muchos más, en sus ocho películas anteriores, marcadas por su riesgo artístico y por una oscura ostentación a medio camino entre el existencialismo y la sed de trascendencia. Con The Beast (La bestia), presentada en competición en la 80.ª edición del Festival de Venecia, el cineasta francés realiza una síntesis fascinante y excepcional de todas sus pasiones existenciales y esotéricas. Bonello firma una obra mayor, una fabulosa mezcla de géneros con una gran riqueza formal y conceptual que da mucho que pensar, mientras se esfuerza por ser “accesible” a primera vista. Se trata de un flujo subyugante para el espectador, que sigue la trayectoria a través del tiempo de su protagonista, maravillosamente interpretada por Léa Seydoux.
“Es difícil conocer los grados de la realidad”, “depende de cómo la interpretes y de lo que hagas con ella”. Al igual que estos dos ejemplos de diálogo, La Bête es el tipo de película cuyos misterios es mejor no desvelar, por el amplio margen que deja a la percepción. Es suficiente decir que la trama navega entre tres épocas: 1910, donde acompañamos a una mujer casada, dueña de una fábrica de muñecas, durante la gran inundación de París; 2014, donde una actriz en busca de audiciones en California se cruza con un asesino de mujeres (inspirado directamente en el caso de Elliot Rodger), y 2044, en un mundo aséptico controlado por la inteligencia artificial, donde el borrado de los afectos humanos permite acceder a mejores empleos, así como a la posibilidad de sumergirse en las vidas pasadas para eliminar traumas. Estos tres marcos temporales se entrelazan de forma circular, resonante y sutilmente repetitiva en torno a los motivos de la condición humana: la búsqueda del amor (la película es una adaptación muy libre de La bestia en la jungla de Henry James, donde George MacKay también se mueve a través del tiempo interpretando tres papeles), el miedo a lo desconocido, al futuro y a la muerte.
…The Beast (La bestia) resulta al mismo tiempo perfectamente directa en sus aventuras (el retrato de una mujer que baila entre lo único y lo múltiple), profundamente metafísica en sus sugerencias y un espejo del caos organizado que amenaza a la humanidad. Se trata de un viaje cinematográfico, una inmersión hipnótica de primer nivel donde flotan los espíritus de artistas como Lynch, Ophüls y Kubrick. Para apreciar plenamente esta extraordinaria joya, “basta con cerrar los ojos y abrirlos de nuevo”.

Por Fabien Lemercier